El juez de Distrito adscrito al Tercer Tribunal Laboral Federal de Asuntos Individuales en el Estado de Chiapas, quien dice fue censurado ayer en el Cuarto Foro de los Diálogos Nacionales por la Reforma Judicial se declara en contra de que los legisladores sean los que nombren a los candidatos a jueces y ministros: no tienen confianza ni legitimidad, asegura
“Fue un ejercicio de censura”, dice Mario Felipe Mata Ríos, juez de Distrito adscrito al Tercer Tribunal Laboral Federal de Asuntos Individuales en el Estado de Chiapas, a quien ayer “cerraron” el micrófono en el Cuarto Foro de los Diálogos Nacionales en el que se discutieron los alcances de la reforma judicial promovida por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Durante una entrevista con Aristegui en Vivo, Mata Ríos se dice enojado. “Porque si nos llamaron a los diálogos fue precisamente para informarle a los ciudadanos nuestro punto de vista sobre la reforma; si sólo quieren que vayamos de aplaudidores, pues que nos lo digan. El foro está cerrado y solamente se han invitado a los diputados y afiliados al partido que está promoviendo la reforma y a nosotros nos limitan mucho. Yo sabía que me iban a abuchear. Me quisieron callar, pero yo seguí hablando”.
– ¿Cuáles son las razones de la “censura”?, pregunta Carmen Aristegui.
“Dicen que la gente no confía en nosotros los jueces, pero nosotros tenemos el 40% de aprobación. Ellos, los legisladores, tienen mucho menos. Los senadores, diputados y partidos políticos son los sectores que tienen menos legitimidad social. Y esto es importante, porque a final de cuentas las candidaturas van a salir de ellos, en caso de que se apruebe la reforma. Pero la gente ya no confía en su desempeño. No es posible que ellos emitan las candidaturas cuando no tienen un digno nivel de confianza. De ninguna manera ellos debieran promover a los aspirantes al Poder Judicial.”
-¿Y quién sí debiera hacerlo?
-No debe haber elección popular, porque afecta todos los principios de un juzgador: objetividad, imparcialidad y profesionalismo. Esa es mi postura. Ahora, ya en el punto inflexible que tienen, si deciden someter los cargos a la elección popular se tiene que analizar de qué manera. Lo ideal, si ya estamos allí, que hagan una lista -en la que los los candidatos aprueben un examen en el que se evalúe de confiabilidad y preparación. Y se exija una calificación mínima de ocho y con respaldo de las grandes instituciones del país.
Pero -advierte- si van a tomar a tomar en cuenta a quienes no les dieron una candidatura a diputado o a senador y el cargo de juez va ser un premio de consolación, “entonces el país está perdido”. El poder judicial en lugar de reformarse para bien tendrá más obstáculos. “Será una crisis social tremenda”.
-¿Y qué iba a decir que no lo dejaron?
-Ya no se me dejó decir esto: la reforma nos va a salir carísima, en caso de que la quieran. Fue allí donde me cortaron. Ese dinero se debería invertir en una reforma adecuada. Vamos a darle más dinero a los tribunales locales, a los tribunales administrativos, a los centros de solución de conflictos, de arbitraje, de mediación. Se debería invertir en las defensorías públicas para hacerle llegar la justicia a todas las personas. En lugar de popularizar los puestos jurisdiccionales hay que hacerlos más profesionales.
