La polémica de los libros de texto gratuito

DE INTERÉS PÚBLICO  

Emilio Cárdenas Escobosa 

El interés del presidente Andrés Manuel López Obrador por modificar los contenidos de los libros de texto gratuitos ha generado inquietud en diversos grupos y sobre todo en especialistas en educación. Es un tema que ha pasado un tanto oculto porque la atención de todos ha estado centrada en las elecciones, pero que es materia prima para la polémica. 

El 22 de marzo, el director de Materiales educativos de la SEP, Marx Arriaga, inauguró el proceso para el rediseño de los libros de texto gratuitos que, en un hecho insólito, espera concluir el 31 de mayo de este 2021. Ha trascendido que detrás de esta revisión y bajo su directriz en temas de ciencias sociales está la Coordinación de Memoria Histórica y Cultural que encabeza la esposa del presidente, Beatriz Gutiérrez Müller. 

En este apresurado proceso de revisión la discusión se ha centrado en torno a qué contendidos poner o quitar, lo que revela que estamos ante un asunto imposible de resolver con un rediseño en tan corto tiempo. Es una decisión muy apresurada, que se está tomando al vapor para renovar el diseño de 18 libros de educación primaria. 

La polémica inició desde que se supo que la SEP convocó a creadores visuales para rediseñar los Libros de Texto Gratuitos de primaria, pero sin ninguna remuneración económica. Y lo menos que han dicho expertos en el tema es que el proceso de hacer un libro de texto se puede llevar seis meses, un año, hasta dos años, dependiendo del proyecto, pero no cuatro días para escribir algo, evaluar, ilustrar y luego diseñarlo todo. 

El presidente informó que lo único que busca es devolver contenidos educativos en materias como civismo y ética, que fueron eliminados en el periodo que López Obrador denomina como neoliberal, así como valores humanistas que también fueron suprimidos, aunque muchos creen que se trata de una decisión que busca la imposición de la visión ideológica de la llamada Cuarta Transformación. 

El objetivo del presidente de hacer modificaciones en los contenidos de materias como civismo, historia y ética es lógico porque cada presidente siempre ha buscado imponer su visión ideológica de la historia. Sin embargo, lo deseable es que estos cambios sean adecuados para la edad de los niños a la que van dirigidos, lo que se duda por este proceso de revisión tan inesperado y atropellado. A la fecha no hay información pública, abierta y transparente, tanto del proceso de diseño gráfico como de los contenidos que dé certeza ante su eventual modificación. 

Desde su creación en 1959, los libros de texto gratuito han sido un material de apoyo invaluable para alumnos y maestros ya que con estos se dirige y al mismo tiempo evalúa el aprendizaje y el conocimiento en general. Por lo que es necesario todo un proceso de consulta y revisión que no sea a vapor y a modo de visiones históricas al gusto del presidente en turno. 

De acuerdo a fuentes internas de la SEP, dentro de los cambios se introducen nuevas versiones de la historia, buscando incorporar la visión de que el actual gobierno es continuación de los movimientos de la Independencia, la Reforma, y la Revolución, y establecer un paralelismo del presidente López Obrador y su autonombrada “Cuarta Transformación” con las luchas históricas que en su momento enarbolaron Miguel Hidalgo, Benito Juárez o Francisco I. Madero. 

Las polémicas por los contenidos de los libros de texto siempre han existido, particularmente en los temas de sexualidad y derechos reproductivos y de género, que invariablemente han causado resistencias en los grupos más conservadores. Así ocurrió en los años sesenta y setenta y en fechas recientes con los movimientos de padres de familia y sectores de la iglesia renuentes a la inclusión de contenidos de lo que ellos llaman “ideología de género”. 

Ahora, llama la atención la premura del gobierno de López Obrador para imprimir su visión en la educación pública y especialmente en la historia que se imparte en las escuelas. 

De lo que se trata en todo caso es que tengamos claro que, aunque un libro de texto en las ramas de las ciencias sociales no está exento de orientaciones políticas, lo relevante es que se evite que los contenidos se orienten a una visión única para aproximarse a la realidad, con una visión más cercana a un manual que busca, en palabras del presidente “la revolución de las conciencias”. 

Ya veremos la versión final de la revisión de la historia oficial y la supresión de la visión de los neoliberales que manejaron al país y cuyo modelo económico fue un rotundo fracaso, según el presidente. 

A cuatro meses del arranque del ciclo escolar 2021-2022 con todo este apresurado proceso de revisión, si algo ha quedado claro es que para el gobierno federal los libros de texto gratuito tienen una función política e ideológica, y no lo van a desaprovechar. 

“Con el triunfo de nuestro movimiento va para atrás la visión neoliberal”, sentenció López Obrador, por lo que digamos adiós a los “teóricos de los oligarcas” y demos la bienvenida a los teóricos de la autonombrada y auto celebrada Cuarta Transformación. 

jecesco@hotmail.com 

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