Juan Javier Gómez Cazarín: El Poder del influyentismo.
Isabel Inés Romero: Un tapete y florero en el Poder Judicial.
Ricardo Monreal: Acomoda los tiempos a su tiempo.
Renato Riveroll: Una nueva responsabilidad.
CONTRAESQUINA POLÍTICA
Fernando Martínez Plascencia
I.-
Luis Rubén Barragán Ríos, recomendado del diputado y presidente de la junta de coordinación política del congreso local, Juan Javier Gómez Cazarín, quien se desempeña como secretario del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del estado de Veracruz, donde supuestamente es titular Isabel Inés Romero Cruz, hace y deshace a su antojo, pisoteando a doña necha que simplemente es un cero a la izquierda.
Este sujeto tiene arrinconada a chabela con las ínfulas de poder que le otorga la recomendación de la nueva revelación política que «representa» el famoso carón, un sujeto que no arregla ni donde se acuesta, pero que espanta con el petate del muerto al vender la idea de que es el único operador político en el estado y que gracias a eso, Cuitláhuac García Jiménez no perdió la mayoría en el congreso local, ni diputaciones federales ni presidencias municipales.
La realidad es que lo que les ayudó en la pasada elección fue la imagen de López Obrador y desde luego, la ingenuidad de la gente que sigue creyendo en una falsa transformación de Cuarta.
Juan Javier Gómez Cazarín, quien sueña con viajar a los juegos olímpicos de Tokio, y que desde luego no se duda que tenga dinero para eso y más, gracias al enorme presupuesto que maneja a su antojo, tanto en el congreso como en el poder judicial, donde ha colocado a sus incondicionales, ha convertido al más alto tribunal de justicia en la Cueva de Alí Baba y sus 40 ladrones.
Nadie puede hacer algo al respecto, los morenistas salieron mucho más corruptos, ah, pero alguien dirá que Javier Duarte era más corrupto, que el PRI o el PAN robaban más, que bueno que ya roban otros, o saldrán con lo que dijo Mario Delgado, presidente nacional de Morena, «acusan al hermano del presidente, Martín López Obrador, de recibir 150 mil pesos cuando ellos se robaron millones».
En el caso de Juan Javier Gómez Cazarín, dirán, «solo está agarrando unos cuantos milloncitos de pesos a su antojo, los funcionarios del pasado robaron miles de millones de pesos» . Ahí está el cambio.
En fin, el caso es que el secretario del Consejo de la Judicatura actúa a su libre albedrío, poniendo de patitas en la calle a quien se le antoja, a jueces, secretarios, proyectistas, actuarios, defensores, sin importarle la antigüedad, incluso los obligó a firmar sus renuncias antes de las elecciones, y ahora, después de la jornada electoral, los despide, acatando las indicaciones de su jefe Cazarín.
Este señor, Luis Rubén Barragán, no le toma ningún parecer a Isabel Inés Romero, quien está convertida en un simple florero, sin dignidad, en el suelo como un simple tapete de baño, sin meter las manos por nadie, una simple espectadora que se conforma con que no le quiten su caja chica, o hacer como que es la jefa. De ese tamaño.
Lo peor de todo esto es que quien debería estar en la calle es este señor, quien fue nombrado el año pasado como secretario del Consejo de la Judicatura sin cumplir con los requisitos que señala la Ley Orgánica del Poder Judicial, uno de ellos es que, acaba de terminar la carrera de licenciado en derecho y no tiene experiencia profesional, no ha litigado, por lo que con esto se comprueba-junto con el ingeniero agrónomo que despacha como asesor de necha-que en la cuarta transformación impera el influyentismo y no la carrera judicial. Cual cambio, caray.
II. –
“Yo no me ofendo, él tiene su criterio sus razones para expresar y dimensionar nombres que él considera con suficiente talento para sucederlo, pero creo que va a ser una etapa muy complicada esta de la sucesión anticipada, prefiero mantener las reglas clásicas no del tapadismo, pero sí de la espera de tiempos del reloj electoral para que no se generen rupturas al interior de Morena o en los demás partidos”, lo dice Ricardo Monreal cuando no escuchó su nombre en boca del presidente López Obrador.
Ricardo Monreal, senador de Morena, es uno de los más fuertes aspirantes a la presidencia de la República, con una enorme trayectoria política, con experiencia y capacidad que no está en duda, un personaje que ha sido de todo, desde regidor hasta gobernador de Zacatecas, un político completo que, entiende muy bien el juego del presidente, y fiel a su estilo, habla, se acomoda y acomoda las circunstancias y los tiempos a sus tiempos políticos, como para que no se vayan a resbalar, ni a espantarse.
Posicionamiento de altura, sin embargo, Monreal sabe que López Obrador ya en una ocasión le arrebató la jefatura de la ciudad de México, esa que hoy ocupa Claudia Sheinbaun, en aquella ocasión tuvo que ceder, por eso habla de que estará puntual en la cita en la boleta electoral del año 2024, previendo que pueda sucederle lo mismo, no con la nuera del presidente, sino ahora contra Marcelo Ebrard.
El presidente juega al viejo estilo, invirtiendo las reglas, pero es el mismo esquema, ya dibujó su proyecto sucesorio, muy anticipado eso sí, porque distrae de la encomienda política, al final de cuentas, el canciller, si otra cosa no sucede, será el candidato del presidente, lo demás, es el juego de Juan Pirulero. Al tiempo.
Una en Lucas: Renato Riveroll Rivera es un tipo serio y comprometido, muy entregado a sus tareas cuando ocupa alguna responsabilidad política, por ello, no se duda que responda con resultados positivos como nuevo director del Observatorio Ciudadano de Coatzacoalcos, un cargo nada sencillo, que tiene como eje y propósito fundamental, dar a conocer números y cifras acerca de la seguridad de esta ciudad, pero también, proponer acciones coordinadas con los 3 niveles de gobierno. Enhorabuena.