CONTRAESQUINA POLÍTICA
Fernando Martínez Plascencia
Dos mil 251 homicidios dolosos, es el saldo con el que cierra junio, el sexto mes del presente año, uno de los más violentos, 3 personas asesinada cada hora, según da a conocer el secretariado ejecutivo del sistema nacional de seguridad pública, le sigue mayo con 2 mil 462 víctimas, resultado de la violencia que vive este país.
Son las cifras, los datos duros con lo que queda demostrado una vez más que López Obrador equivocó su «estrategia» del abrazos y no balazos, frase con la que pensaba disminuiría el número de víctimas, una mentalidad irracional con la que creyó sería suficiente, y que la delincuencia organizada se quedaría de brazos cruzados y a los pies del «señor», temblando de miedo.
Ya no se le puede seguir echando la culpa al pasado, son pretextos mediocres, López Obrador cumplirá dentro de unos meses 3 años de gobierno, decir que los grupos delincuenciales vienen o están desde la época neoliberal no lo exime de la responsabilidad, aunque sea cierto.
Durante estos 31 meses de López Obrador se acumulan 89 mil 41 homicidios dolosos, el doble de homicidios del ex presidente Enrique Peña Nieto con 42 mil 658, y el triple de Felipe Calderón con 30 mil 572, y eso que este «alboroto el avispero», además, Amnistía Internacional dio a conocer que el presidente de México desplegó más efectivos militares que los ex presidentes de los 2 sexenios anteriores, y eso que dijo que los metería a sus cuarteles.
No, el país no está en paz, tampoco hay tranquilidad y mucho menos hay gobernabilidad ante estas circunstancias, no hay nada que presumir desde el triunfo electoral, junio registró hechos impensables, la muerte de civiles por la disputa de territorios en Tamaulipas, impensable que eso algún día sucediera.
Hablar de víctimas colaterales, era hablar de aquellas que quedaban en medio del fuego cruzado entre los carteles, pero no de ataques directos, y aun así, López Obrador sigue echándole la culpa a los gobiernos «conservadores» de sus torpezas políticas, se vislumbra con los números que hoy se conocen, como el sexenio más violento.
Ya no hablemos de otras promesas incumplidas, 6 de cada 10 mexicanos no tienen acceso a la salud, desabasto de medicamentos, la corrupción sigue creciendo igual que el número de familias que ingresarán a las filas de la pobreza, son 10 millones más, y lo más grave, López Obrador mantiene dividida a la sociedad.
No hay unidad, como si le apostará a esta polarización como parte de una estrategia para ganar la elección presidencial únicamente con aquellos que reciben recursos económicos con los programas sociales, estamos hablando hasta ahora de aproximadamente 30 millones, y los que se acumulen en los próximos 3 años.
De la gasolina, el gas y la energía eléctrica mejor no hablemos, siguen subiendo día con día, y la inflación también, alcanza menos el dinero, así que, en términos generales, puras promesas incumplidas. ¿Primero los pobres? Bah, a otro ingenuo con esa falsedad.