El plan del gobierno nipón de verter en el océano las aguas residuales de la planta nuclear de Fukushima provoca tensiones con China.
La administración de aduanas del gigante asiático informó que mantendrá el veto a la importación de varios alimentos provenientes de Japón en respuesta a la iniciativa.
Además, el gobierno chino advirtió que implementará pruebas de radiación a los productos provenientes de otras partes de Japón, y no solo de Fukushima.
Corea del Sur mantiene una prohibición similar a la importación de pescados y mariscos de Fukushima y algunas otras prefecturas japonesas. Sin embargo, considera que el plan para manejar los desechos cumple con los estándares internacionales.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) dijo el miércoles que la descarga de las aguas con desechos tendría un «impacto insignificante» en el medioambiente.
El viernes, el regulador nuclear de Japón también dio su aprobación.
«La Aduana de China mantendrá un alto nivel de vigilancia», indicó la instancia
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón dijo que estaba considerando posibles medidas en respuesta, según un funcionario anónimo que habló con la agencia de noticias AFP.
“Cloaca privada”
China criticó fuertemente el plan, acusando a Japón de tratar el océano como su «cloaca privada» y advirtió al OIEA que no debía respaldarlo.
El jefe del OIEA, Rafael Grossi, dijo desde Tokio el viernes que estaba «extremadamente confiado» en la evaluación del organismo sobre la propuesta de Japón.
Agregó que el OIEA no tomó partido y que sus hallazgos se basaron en evidencia científica.
Mientras, las comunidades pesqueras locales en Japón también han expresado su preocupación por el plan y los efectos que puede ocasionar en sus actividades de sustento.
En 2011, un tsunami provocado por un terremoto de magnitud 9,0 inundó tres reactores de la planta de energía nuclear Fukushima Daiichi.
Se considera el peor desastre nuclear del mundo desde Chernobyl.
Más de 150.000 personas fueron evacuadas de una zona de exclusión alrededor de la planta, que permanece en el mismo lugar. También se inició el desmantelamiento de la instalación, pero el proceso podría llevar décadas.
El equivalente de agua de alrededor de 500 piscinas olímpicas se ha acumulado en la edificación nuclear, según la agencia de noticias Reuters.
El espacio de almacenamiento para el agua se está agotando, pero los planes iniciados por el gobierno japonés y Tepco (la empresa que opera la planta) para liberar el líquido al mar afrontan severas críticas de sus vecinos, especialmente de China.
Alys Davies