Guo Wengui, de 54 años y residente en EEUU, ha sido condenado por crimen organizado, fraude y lavado de dinero. Está acusado de estafar a cientos de miles de personas.
Hace un año, Guo Wengui dijo que iba a comenzar a subastar entre sus seguidores «millones de espermatozoides no vacunados». Tras hacer campaña contra las vacunas con todo tipo de teorías de la conspiración como que los sueros contra el Covid-19 provocaban infertilidad, este multimillonario chino huido a Estados Unidos decía que había descubierto un nuevo negocio. «El esperma de hombres no inoculados tendrá una gran demanda en el futuro, y por lo tanto se venderá a un alto precio. Será el próximo Bitcoin», aseguró.
«Subastaremos los mejores espermatozoides de nuestros compañeros luchadores, incluido el mío», soltó en una entrevista en un canal de YouTube vinculado con grupos de extrema derecha de EEUU.
Guo nunca llegó a cumplir su promesa de sacar adelante el negocio de los espermas de la «nueva pura raza», como lo llamaban sus seguidores. El chino fue detenido en su lujoso apartamento de Nueva York con vistas a Central Park. Estaba acusado de estafar a cientos de miles de personas a las que había prometido grandes ganancias si invertían en sus empresas, como la que quería vender de semen de hombres no vacunados contra el Covid.
Este verano, un tribunal estadounidense declaró culpable a Guo (54 años) de crimen organizado, fraude y lavado de dinero. La sentencia está prevista para el 19 de noviembre. Nadie duda de que el que fuera socio de Stephen Bannon, ex estratega jefe de la Casa Blanca durante el Gobierno de Donald Trump, se pasará muchos años en la cárcel. Los fiscales lo acusan de ganar más de 1.000 millones de dólares en una masiva estafa a sus seguidores en planes de inversión y criptomonedas entre 2018 y 2023.
Con ese dinero se compró una mansión de 5.000 metros cuadrados, un Ferrari de 3,5 millones, un Bugatti hecho a la medida de 4,4 millones, un televisor de 62.000 dólares, dos colchones de 36.000 y un yate de lujo de 37 millones, el mismo donde se encontraba Bannon cuando fue arrestado en 2020 por agentes federales frente a las costas de Connecticut.
Guo, que hizo fortuna en China en el sector inmobiliario, llegó a EEUU en 2015 con el cartel de disidente perseguido por el Partido Comunista Chino. En Pekín estaba en busca y captura por acusaciones de delitos fiscales y sobornos. Pidió asilo a Washington asegurando que los comunistas lo querían encerrar por ser crítico con el régimen. Su máscara de activista la compraron algunos legisladores del Partido Republicano y cayó de pie dentro del círculo más cercano a Donald Trump.
El chino se hizo socio del exclusivo club social de Trump en el resort de Mar-a-Lago, en Florida, y fue uno de los patrocinadores de Gettr, la plataforma de redes sociales creada por Jason Miller, ex portavoz de Trump. La misma que utilizó para promocionar el año pasado su subasta fallida de espermatozoides.
Guo mantuvo una relación estrecha con Bannon, quien llegó a presentar a su colega como «el Donald Trump de Pekín», aunque venía de una familia humilde y se crio en un pueblo minero del este de China. Bannon y Guo fundaron en 2018 dos organizaciones sin fines de lucro que se presentaron como entidades cuyo objeto era investigar los delitos cometidos por el PCCh. Luego se descubrió que todo formaba parte de una macroestafa.
Fuente: https://www.elmundo.es/internacional/2024/09/03/66d5c30821efa01f498b4587.html