Cuitláhuac García Jiménez: Un fantoche en palacio de gobierno.

Cuitláhuac García Jiménez: Un fantoche en palacio de gobierno.

CONTRAESQUINA POLÍTICA

Fernando Martínez Plascencia

José Luis González Linares: 25 años en el Poder Judicial, no bastaron para no despedirlo.

Juan Javier Gómez Cazarín: Un déspota que abandonó y dejó morir a su paisano.

I. –

En eso de las fantochadas nadie le gana a Cuitláhuac García Jiménez, la verdad es que no necesitamos verlo haciendo payasadas en las escuelas habiendo tantos problemas en Veracruz, realmente lo que necesita es resolver los problemas de fondo, como la inseguridad, la enorme violencia que nos coloca en deshonrosos lugares en materia de homicidios dolosos, o una mejor estrategia contra la Pandemia, que es lo en este momento se necesita para el «regreso» a clases.

Antes que agarrar el machete o la brocha, trabajar de verdad destinando los recursos económicos para tener las mejores condiciones necesarias en el regreso a clases, con escuelas mejor equipadas, sanitizadas, buenos baños, jabón, agua, luz eléctrica, incluso, de ser posible, aunque es mucho pedir, más salones, eso sería un buen ejemplo, no andarse tomando la foto con sus lambiscones o subiendo tonterías, cosas infantiles a su face que en nada le ayudan y que le acarrea duras críticas a su ya de por sí deteriorada imagen.

II. –

El licenciado José Luis González Linares entregó 25 años de su vida en distintos tribunales del Poder Judicial del estado de Veracruz, fue despedido de forma injustificada hace unos meses, a la par de la desaparición de 29 juzgados, como consecuencia del mal manejo del presupuesto público de este organismo que echó a la calle a muchos funcionarios, dejándolos en el desamparo, sin salario, muchos con una edad avanzada.

Desgraciadamente para José Luis, quien se desempeñó en Coatzacoalcos como actuario en el desaparecido juzgado Décimo Cuarto en materia familiar, enfermó de Covid 19, su atención médica también fue cancelada, lo dieron de baja del seguro social por órdenes de Isabel Inés Romero Cruz, Presidente del Tribunal Superior de Justicia del estado de Veracruz, no se compadecieron de él, como de ningún otro con esa edad en ningún momento.

Mejor conocido como Linares en el medio judicial y por los abogados, contrajo el mortal virus que le causó la muerte, y es que a pesar de ser una persona con problemas de salud como diabetes y presión alta, y quién al momento de su despido realizaba sus tareas desde su casa, fue obligado a ir al juzgado a entregar sus expedientes y llevar a efecto el acta de entrega-recepción, espacio donde ya se habían contagiado varios leguleyos y funcionarios.

Originario de Hueyapan de Ocampo, ampliamente conocido en dicho municipio, acudió en busca de ayuda de uno de sus paisanos, del diputado Juan Javier Gómez Cazarín, el flamante y pedorro Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso local, y coordinador de la bancada de MORENA, pero este déspota e insensible personaje, que pregona ser un hombre de muy buen corazón, que siempre se la pasa diciendo en las redes sociales que la cuarta transformación llegó para ayudar a la gente, le dio una patada, ni siquiera lo recibió, lo ignoró por completo y lo dejó morir solo, en el total abandono en el hospital comunitario.

De ese tamaño, al Poder Judicial no le importó su antigüedad, un hombre leal, entregado a su trabajo, que a pesar de lo que le hicieron nunca pensó en demandar ante la junta de conciliación su despido injustificado, confiaba en su reinstalación, la muerte le ganó antes de comprobar que eso nunca sucedería, se fue sin recibir ninguna clase de ayuda por parte de una institución que se supone, es garante del respeto a las leyes. Vaya ironía e incongruencia del sistema judicial.

Esa es la triste realidad de este mal gobierno de Cuarta, donde el gobernador, Cuitláhuac García Jiménez y una runfla de parásitos como Juan Javier Gómez Cazarín han destruido y corrompido a este organismo, ambos tienen incrustados a sus amigos, amigas, compadres, comadres, parientes, quelites y amantes en puestos de alta relevancia como Magistrados, Jueces, Secretarios del Consejo de la Judicatura, entre otros cargos.

Ruines, de bajos instintos, peor que hienas, voraces, buscan tener el control absoluto para mover los hilos del Poder Judicial a su antojo y arremeter contra aquellos que representen un peligro o que representen un estorbo.

Ahí está el caso del diputado federal electo, ex secretario de gobierno con Miguel Ángel Yunes Linares, Rogelio Franco Castán, un preso político, quien a pesar de ganar un amparo para obtener su libertad, le fueron inventados otros delitos con ayuda de Arturo Bermudez Zurita, ex secretario de Seguridad Pública, quien sigue su proceso en libertad, uno de los colaboradores más sucios del corrupto ex gobernador Javier Duarte de Ochoa, lo denunció por extorsión y despojo para mantenerlo en la cárcel.

Así están las cosas en este gobierno que presumió de ser diferente a los gobiernos prianistas, por eso cuando se pregunten porque no hay dinero ni para la nómina, o porque se están yendo a la calle gente de avanzada edad como José Luis González Linares, habría que voltear a ver a estos sujetos que no respetan su investidura, y cual ambiciosos vulgares, como ha calificado y señalado a esta clase de parásitos el Presidente López Obrador, buscan acrecentar sus intereses sin importarles pisotear a los más desprotegidos o necesitados. Así las cosas.

Neopoliticatv.com

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